Cómo nace un Gestor?

​Muchas veces nos preguntamos de donde nace un gestor? Un gestor nace de las circunstancias que nosotros mismos propiciamos.  Nace de la indiferencia, nace del maltrato, nace del burocratismo, nace de la falta de claridad…en fin, es la mezcla letal de muchas condiciones las que dan origen a esta figura.

Hay dos clases de gestores, uno de ellos, el que amparado en la Ley hace tramites en nombre  de un tercero y asume todo él recorrido macabro que implica hacer un tramite. El otro, quien se aprovecha de las vulnerabilidades del sistema para extorsionar, corromper, falsificar,  con el objeto de eludir los canales regulares.

Como Estado y como Gobierno somos responsables directos de ambas categorías de gestores y durante décadas hemos tratado de combatirlos, de manera infructuosa vale decirlo, haciendo uso de mecanismos de control y sanción que han fracasado totalmente en su objetivo. La razón? Simple…si enfocamos mal el problema y su causa, cualquier mecanismo que utilicemos para revertirlo sera fallido.  Einstein lo decía, no podemos esperar resultados distintos si seguimos haciendo lo mismo.

Enfocamos mal él problema cuando creemos que el gestor es el problema y mas aun cuando pensamos que el gestor es un delincuente que nace por ósmosis.

El verdadero problema radica en nuestro propio enfoque de la situación, el verdadero problema esta en esas circunstancias y condiciones que nosotros mismos propiciamos…esta en la falta de claridad para comprender que la gestoría se combate con eficiencia, que en la medida que nuestra capacidad de respuesta sea mas efectiva, menos necesidad tendrá un usuario de recurrir a un gestor, que en la medida que un tramite sea mas accesible a cualquier usuario menos necesidad habrá de recurrir a un gestor..  comprender que no se trata de combatir a un gestor sino de combatir las causas  que lo genera .

Es triste ver cómo nuestras instituciones  invierten  tiempo y recursos  en generar mecanismos de control. Dedicamos tiempo valioso en robustecer los sistemas para limitar sea vulnerado,  nos inventamos procedimientos limitantes con la ingenua intención de limitar el acceso a los gestores cuando en realidad ese tipo de medidas los potencia aun mas, pues limitamos el acceso de gestores y a su vez limitamos el acceso al usuario común.  Así terminamos haciendo una gestión en función del gestor y no en función de nuestros usuarios. Lo que conlleva a fortalecer ese espíritu burgués del burocratismo que bien lo decía el Che pone a nuestras instituciones al servicio de las elites, permitiendo el acceso a los privilegiados que tienen como pagar a un gestor y que a su vez tiene como extorsionar o corromper a un funcionario haciendo inútiles todos nuestros controles, mientras limitamos el acceso del pendejo que no tiene ni donde caerse muerto y que deberá soportar todo el viacrusis con la esperanza de hacer su tramite.

El gestor, en cualquiera de sus categorías, viene al final a suplir una función del Estado y sus instituciones que obviamente no esta siendo cumplida con efectividad, eficiencia ni eficacia. Asi, vemos como nosotros mismos convertimos al gestor en una opción valida y justificada para el usuario, y hasta indirectamente pagamos su nomina interna que supera con creces la nuestra sin necesidad de tanto aparataje y burocracia. 

Consciente o inconscientemente, con nuestras acciones, cedemos a los gestores nuestro propio espacio, y nos desgastamos inútilmente en una guerra sin cuartel en la que siempre seremos derrotados mientras sigamos asumiendo una acción reactiva y no preventiva, mientras sigamos reaccionando al problema y no ataquemos las causas, mientras el burocratismo, en todas sus formas sea nuestra herramienta de gestión no veremos resultados distintos.

El Che en su ensayo Contra el Burocratismo nos advertía sobre algunas de las causas de este flagelo, entre ellas la desconfianza en los cuadros medios que provocaba la centralización en la toma de decisiones.  Y ciertamente, en nuestro caso particular es evidente como esa desconfianza en quienes ocupan el ultimo nivel de la estructura nos lleva a tomar decisiones nocivas..aisladas de la realidad del tramite, decisiones que se toman desde una oficina sin tomar en cuenta a quienes aguas abajo  tendrán que lidiar con ellas.  Y es así, como nace también la resistencia al cambio e incluso eso que llaman el saboteo interno sobre acciones de las que ellos no son parte. Esto va concatenado a eso que el Che llamaba falta de motor interno, producto de esa arrogancia jerárquica, muy al estilo burgués por cierto, que asume a los funcionarios de escalas inferiores justamente como inferiores, como esclavos de una jerarquía que toma decisiones de las que ellos no son parte, excluyéndolos a su vez de todo ese aparataje, en consecuencia jamas asumirán su tarea con sentido de pertenencia, estarán allí para cumplir ordenes pero no para servir al usuario, no para mejorar, no para dar mas allá de lo que el horario y el cargo les permite, entonces se asumen como maquinas de trabajo dispuestas para dar un resultado determinado y no como servidores públicos que deberían ejercer el rol protagónicos de su prpioa institución.  Mas aun, los convertimos en zoombies laborales incapaces de ver o sentir la necesidad de un usuario sin advertir que al final son ellos la cara visible del ministerio, del gobierno y de la propia revolución. No podemos seguir ahogados en esa cultura se desconfianza colectiva que nos ha llevado a perder la fe en todos..que nos ha llevado a creer que todos son culpables hasta que demuestren lo contrario…que nos ha llevado a creer que debemos cuidarnos de todos…y así caemos en eso cultura burocrática del papel..siempre un papel por delante…siempre todo por escrito…terminamos siempre dependiendo de una orden escrita que active todo el aparataje humano sin importar cuanto tarde ese recorrido,  sin importar cuanto se retrase todo solo porque el canal del papel no se cumplió debidamente… 

No podemos seguir desgastándonos inútilmente en perseguir gestores o inventandonos mecanismos para limitar su acceso..un gestor no puede seguir marcandonos la agenda, una gestión revolucionaria debe ante todo enfocarse en servir al pueblo, en ser accesible a los mas vulnerables, debe orientar todos sus esfuerzos a alcanzar la verdadera eficiencia y esto solo se logra en la medida que seamos capaces de asumir el verdadero reto de erradicar esa cultura burocrática que heredamos y bajo la cual fuimos formados, esa cultura burocrática que sigue enquistada en las oficinas de los ministerios, esa que sigue marcando la toma de decisiones y la forma de hacer las cosas…de nada sirve fusionar ministerios o cambiarles el nombre si a lo interno seguimos las viejas practicas cuartianas…una gestión revolucionaria debe responder a los principios y valores de una revolución..transformar..derrumbar las viejas estructuras y construir las nuevas, pero principalmente cambiar la manera de asumir las cosas derrotar el burocratismo mental que nos lleva a creer que se puede hacer una revolución sobre los escombros del pasado…cuando seamos capaces de entender que pueblo y gobierno son uno solo..que todos, mas allá de un cargo o una responsabilidad somos parte de ese mismo pueblo que estamos llamados a servir, y que ese rol protagónicos que hemos asumido en lo político debemos asumirlo e incentivarlo en cada espacio, cuando dejemos atras esos viejos estereotipos de estructuras lineales, no es horizontal ni vertical, somos un todo…somos uno solo..y cada decisión debe tomarse en función de todos..entonces estaremos dando los primeros pasos hacia la verdadera revolución….solo así las,gestiones perduraran mas allá de un cargo..mas allá de un director o ministro porque,al final sera una gestión de todos que todos defenderán y por la que todos trabajaran.

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